martes, 3 de noviembre de 2009

BOCA Y LA VIOLENCIA EN PUERTO MADRYN

ASI LO VIERON LOS MEDIOS EN MADRYN - El “Depo” por la condición de local que le amerita y por convicción propia de sus jugadores, buscó durante todo el partido torcer la historia a su favor, lograr la igualdad y tras ello la merecida victoria. Caminos equivocados quizás, ineficacia o mala fortuna, pueden señalarse como algunos de los factores que no permitieron la victoria “aurinegra”, si no que el empate. No perder en casa, no deja de ser un resultado positivo a la hora de pensar en la sumatoria de puntos. Diario de Madryn.- Boca Juniors de Río Gallegos lo complicó más de la cuenta y a los 34 minutos de la primera etapa marcaba la diferencia en el tanteador, a través de Fernando Mendez. El partido fue de trámite complejo y en los dos equipos hubo expulsados. En el Deportivo Madryn se fue expulsado Rodrigo Bona, mientras que Boca se fueron al vestuario antes de tiempo el arquero Diego Bucci y Maximiliano Lucero. Finalmente, cuando ya se jugaba tiempo de descuento, apareció Leonardo Olave para anotar el agónico empate. LU 17.-
Manito" de Antillanca - El segundo tiempo trajo consigo los instantes más polémicos: a los cinco la visita ya jugaba con diez por la expulsión de Lucero, el volante central que, además se ofrecía como garantía de equilibrio en la zona media, y a los doce, luego de una acción aparentemente inadvertida en el área de Boca derivó en la roja del arquero Bucci tras la advertencia del asistente Lago quien le indicó al referí que "algo" sucedió en las "18".Así y todo el que se confundió con la ventaja fue Deportivo Madryn que recién con el ingreso de Lopez arrimó peligro a tal punto que fue el "pampeano" el que generó la situación más inmejorable de empatar cuando con un remate de pierna izquierda "asustó" a Martínez, el reemplazante de Bucci.Se agigantaba la figura de Sandoval que no reventaba ninguna y trataba de asociarse con Angelini, el nueve, que se erigía en pivote y jugaba como en el "papy-fútbol": de espaldas al arco aguantaba todo y descargaba para las subidas de los volantes. Inclusive fue el propio Angelini quien se las ingenió para "inventar" alguna ocasión de gol. Apenas la claridad de Galeano para entender el juego-Madryn se cerraba en vez de abrir la cancha-sostenía las esperanzas. Y llegaron los embates más filosos: ya sin Bona-expulsado por segunda vez en el torneo- el local apuraba con centros de todos los colores. Lo tuvo Ramos y le pegó por arriba cuando decantaba el empate. Pudo ser de cabeza de Mansilla (el goleador está lejos de su mejor nivel y a Madryn eso le pesa en demasía) y controló oportuno el "uno" hasta que a los 49' -Antillanca adicionó seis minutos-, Ríos la baja para Olave y el ex Huracán de Ingeniero White anotando por vez primera con su nueva camiseta, decretó el angustioso empate. Cuando Madryn iba por el segundo Antillanca dijo "no va más" y se desató la histeria, una nueva escena bochornosa en el Coliseo del Golfo, un todos contra todos sin sentido. Sin más propósito que el de seguir alejando a la familia de la cancha. Si es así quédense tranquilos que van por el buen camino. Diario Jornada
La mentira es un fantasma que nunca te dejará en paz, mientras sólo tú sepas la verdad... y esto no significa que haya que decir la verdad sino hacer las cosas con honestidad.
VIOLENCIA VS AGRESION Si bien la violencia en el deporte se idealiza, condena, legitima o tolera, y en otras ocasiones se la confunde con la vehemencia competitiva, y con la firmeza con que se lucha legalmente para obtener un balón o el espacio ; a este respecto es importante definir lo que se entiende por violencia y agresión.Según lo expuesto en lasJornada de Ciencias Aplicadas al Deporte, se considera que existe violencia cuando se coartan los derechos de una persona, mientras que considera que ha habido agresión, cuando deliberadamente se pretende causar daño físico o moral.
En la medida en que todos los deportes competitivos -especialmente los deportes de equipo- se basan en el enfrentamiento por un recurso escaso -la victoria-, es esperable que en el transcurso de los enfrentamientos se produzcan situaciones primero de coacción e intimidación, y en último extremo de violencia,De hecho, algunos de estos deportes -como el boxeo, la lucha libre y las llamadas artes marciales- se basan específicamente en la práctica de la violencia controlada.Naturalmente, el descontrol de los niveles de violencia en los deportes violentos, o la aparición de fenómenos de violencia en deportes considerados no violentos, constituye un problema importante en la actualidad. La obsesión por el fair-play lleva a los profesionales del deporte a sensibilizarse cada vez más frente a comportamientos violentos o superviolentos. El tipo de conflictos que se producen en un campo de juego son cualitativamente semejantes a los que se producen en cualquier otro campo de competición, reglada o no reglada: sea entre equipos de vendedores, equipos de producción en una cadena de montaje, cuadrillas de trabajadores de la agricultura o la construcción, etc. Y ello incluye, por supuesto, los conflictos dentro de los propios equipos, que hacen que, aunque de forma menos habitual que frente a miembros de equipos rivales, se produzcan enfrentamientos -e incluso reacciones violentas dentro del propio campo- entre jugadores de un mismo equipo, o entre éstos y el entrenador/capataz. Estamos, en suma, frente a un proceso de tensión controlada, en el que diversas estructuras de polaridad actúan sistemáticamente, provocando tensión. Y teniendo en cuenta que "los jugadores por separado y los equipos tienen objetivos, uno de los cuales es marcar goles" no es improbable el desencadenamiento de fenómenos de violencia, en cuyo desenlace influirán por otro lado las actitudes no sólo de los espectadores, sino también del líder del grupo, de las denominadas estrellas del grupo, por supuesto del entrenador, y desde luego del árbitro. También encontramos agresión no en el juego en sí , sino en el entorno al juego, con independencia de que en la misma puedan participar, en distinta medida, los jugadores y no sólo los espectadores. Los desórdenes con un motivo situacional responden sin embargo a detonantes como la falta de entradas, o la frustración por una derrota casi siempre interpretada como injusta por los aficionados del equipo perdedor

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