Qué negocio la F.1 en Bahrein - La crisis en el mundo árabe pone en jaque la apertura del torneo, prevista para el 13 de marzo; mañana se definiría si se corre el GP en el circuito de Sakhir; detalles legales y las responsabilidades en caso de anularse la carrera. Por Roberto BerasateguiLA NACION Las protestas en Túnez y en Egipto se propagaron al reino de Bahrein, un archipiélago del Golfo Pérsico aliado de Arabia Saudita y de Estados Unidos. Si bien allí miles de personas salieron a las calles para reclamar el fin de la monarquía sunnita, Bahrein tomó trascendencia en los últimos años en el mundo del deporte gracias a la organización del Gran Premio de Fórmula 1.
El 4 de abril de 2004 se realizó el primer GP en el fastuoso circuito de Sakhir (dominio de Ferrari de la mano de Michael Schumacher) y Bernie Ecclestone la eligió para el puntapié inicial de la temporada 2011, que con 20 competencias está programada para transformarse en la de mayor actividad de la historia.
Sin embargo, los problemas que aquejan al mundo islámico (ayer se tomó pacíficamente la plaza Lulu de Manama nuevamente tras la retirada del ejército) ponen en jaque la realización del GP de Bahrein, que estaba pactado para el 13 de marzo. El príncipe heredero de Bahrein, el jeque Salman bin Hamad al Jalifa, ordenó en la víspera a los militares que se retiraran de las calles y llamó al diálogo político con la oposición. En medio de semejante clima, Ecclestone pasó la responsabilidad de definir la situación al príncipe: "Él sabrá mejor que nadie si es seguro ir allí o no", dijo ayer a la BBC.
Los equipos de la F. 1 piden una pronta definición, ya que además de la carrera también estaban programados ensayos, del 3 al 6 de marzo. "De la decisión depende que el convoy se quede en Barcelona (donde actualmente hay pruebas) o viaje a las fábricas", adujeron los equipos, por razones logísticas.
Si bien hay que aguardar hasta la última instancia para decidir si se corre o no, según la evolución de la situación en la región (anteayer la Oficina de Exteriores del Reino Unido emitió una advertencia oficial, donde aconseja a los británicos no viajar a Bahrein debido a la inestabilidad política), hay detalles legales que los responsables tienen muy en cuenta.
En primer lugar, los dichos de Ecclestone (como todo lo que dice el millonario inglés) tienen su interés económico. Si en Bahrein determinan no ejecutar el GP, el principado deberá pagar de todas maneras el derecho de participar en el campeonato mundial. Si la negativa de correrse surge desde la categoría (en este caso el propio Ecclestone), la organización puede recurrir a una demanda. Aunque las negociaciones, por estas horas desde Bahrein, no deben estar centradas en lo estrictamente económico.
No es descabellado pensar en que los manifestantes tomen el GP de Fórmula 1 como la gran vidriera mundial para llamar la atención y potenciar sus peticiones.
Una salida por parte de Ecclestone es postergar la competencia y llevarla a otra fecha del calendario. Algo poco probable (aunque no imposible) debido a la exigente agenda de la categoría, que por primera vez tendrá, si se corre en Bahrein, veinte pruebas.
El año pasado, la Fórmula 1 también estuvo hasta último momento con la confirmación de una carrera: fue la de Corea, a la que por razones organizativas se llegó con lo justo, aunque allí la apretada definición del certamen (con Sebastian Vettel, Fernando Alonso y Mark Webber) tenía preponderancia, ya que esa fecha era la antepenúltima de la temporada. Mañana, en Europa o en Bahrein, habrá definiciones.
WEBBER Y HEIDFELD PREFIEREN NO IR
"Cuando leemos que personas están perdiendo la vida, esto quiere decir que es una tragedia. Por esto, ahora no es el mejor momento de ir allí con un evento deportivo. La gente de Bahrein tiene cosas más prioritarias en qué pensar que en una carrera de Fórmula 1", indicó el piloto australiano Mark Webber, del team Red Bull. En tanto, el alemán Nick Heidfeld, de Lotus-Renault, afirmó: "No se trata sólo de considerar la seguridad de los implicados, sino también tener empatía con lo que está pasando en el país".
EL SECUESTRO DE FANGIO EN CUBA, OTRO HECHO POLÍTICO
Uno de los hechos más destacados de 1958 fue el secuestro de Juan Manuel Fangio, en Cuba. El Quíntuple campeón mundial de Fórmula 1 había arribado a La Habana para disputar el segundo GP de Cuba. Donde se alojaba, en el Hotel Lincoln, un comando del Movimiento 26 de Julio, que actuaba bajo las órdenes de Fidel Castro, secuestró al argentino y lo mantuvo en cautiverio durante 26 horas.
De esa forma, con gran repercusión mundial, el grupo revolucionario contó con una gran vidriera para difundir su lucha. Al margen del hecho, la competencia se efectuó de todas formas.
"Me han tratado de un modo excelente... En verdad, tuve las mismas comodidades que si hubiera estado entre amigos...", comentó Fangio, que 30 años después recibió en Balcarce a Arnold Rodríguez, uno de los secuestradores.
En 1999 se realizó la película Operación Fangio, que retrató aquel secuestro que quedó en la historia del deporte.
POR EL TERRORISMO, EL DAKAR PASÓ A LA ARGENTINA
El antecedente más cercano en el mundo del deporte motor acerca de los casos políticos que interfirieron las competencias fue, sin dudas, el Dakar. Desde 1979, la mítica competencia se desarrolló en el continente africano, hasta que, en 2008, las amenazas terroristas contra los intereses franceses obligaron a los organizadores de la empresa Amaury Sports Organisation (ASO) a suspender la prueba un día antes de la largada.
Sin cambios en cuanto a la seguridad en esa región, los franceses trasladaron el Dakar a la Argentina y a Chile, que entre 2009 y este año cobijaron la emblemática competencia y también lo harán en 2012, aunque con el agregado de otro país en su recorrido.
El 4 de abril de 2004 se realizó el primer GP en el fastuoso circuito de Sakhir (dominio de Ferrari de la mano de Michael Schumacher) y Bernie Ecclestone la eligió para el puntapié inicial de la temporada 2011, que con 20 competencias está programada para transformarse en la de mayor actividad de la historia.
Sin embargo, los problemas que aquejan al mundo islámico (ayer se tomó pacíficamente la plaza Lulu de Manama nuevamente tras la retirada del ejército) ponen en jaque la realización del GP de Bahrein, que estaba pactado para el 13 de marzo. El príncipe heredero de Bahrein, el jeque Salman bin Hamad al Jalifa, ordenó en la víspera a los militares que se retiraran de las calles y llamó al diálogo político con la oposición. En medio de semejante clima, Ecclestone pasó la responsabilidad de definir la situación al príncipe: "Él sabrá mejor que nadie si es seguro ir allí o no", dijo ayer a la BBC.
Los equipos de la F. 1 piden una pronta definición, ya que además de la carrera también estaban programados ensayos, del 3 al 6 de marzo. "De la decisión depende que el convoy se quede en Barcelona (donde actualmente hay pruebas) o viaje a las fábricas", adujeron los equipos, por razones logísticas.
Si bien hay que aguardar hasta la última instancia para decidir si se corre o no, según la evolución de la situación en la región (anteayer la Oficina de Exteriores del Reino Unido emitió una advertencia oficial, donde aconseja a los británicos no viajar a Bahrein debido a la inestabilidad política), hay detalles legales que los responsables tienen muy en cuenta.
En primer lugar, los dichos de Ecclestone (como todo lo que dice el millonario inglés) tienen su interés económico. Si en Bahrein determinan no ejecutar el GP, el principado deberá pagar de todas maneras el derecho de participar en el campeonato mundial. Si la negativa de correrse surge desde la categoría (en este caso el propio Ecclestone), la organización puede recurrir a una demanda. Aunque las negociaciones, por estas horas desde Bahrein, no deben estar centradas en lo estrictamente económico.
No es descabellado pensar en que los manifestantes tomen el GP de Fórmula 1 como la gran vidriera mundial para llamar la atención y potenciar sus peticiones.
Una salida por parte de Ecclestone es postergar la competencia y llevarla a otra fecha del calendario. Algo poco probable (aunque no imposible) debido a la exigente agenda de la categoría, que por primera vez tendrá, si se corre en Bahrein, veinte pruebas.
El año pasado, la Fórmula 1 también estuvo hasta último momento con la confirmación de una carrera: fue la de Corea, a la que por razones organizativas se llegó con lo justo, aunque allí la apretada definición del certamen (con Sebastian Vettel, Fernando Alonso y Mark Webber) tenía preponderancia, ya que esa fecha era la antepenúltima de la temporada. Mañana, en Europa o en Bahrein, habrá definiciones.
WEBBER Y HEIDFELD PREFIEREN NO IR
"Cuando leemos que personas están perdiendo la vida, esto quiere decir que es una tragedia. Por esto, ahora no es el mejor momento de ir allí con un evento deportivo. La gente de Bahrein tiene cosas más prioritarias en qué pensar que en una carrera de Fórmula 1", indicó el piloto australiano Mark Webber, del team Red Bull. En tanto, el alemán Nick Heidfeld, de Lotus-Renault, afirmó: "No se trata sólo de considerar la seguridad de los implicados, sino también tener empatía con lo que está pasando en el país".
EL SECUESTRO DE FANGIO EN CUBA, OTRO HECHO POLÍTICO
Uno de los hechos más destacados de 1958 fue el secuestro de Juan Manuel Fangio, en Cuba. El Quíntuple campeón mundial de Fórmula 1 había arribado a La Habana para disputar el segundo GP de Cuba. Donde se alojaba, en el Hotel Lincoln, un comando del Movimiento 26 de Julio, que actuaba bajo las órdenes de Fidel Castro, secuestró al argentino y lo mantuvo en cautiverio durante 26 horas.
De esa forma, con gran repercusión mundial, el grupo revolucionario contó con una gran vidriera para difundir su lucha. Al margen del hecho, la competencia se efectuó de todas formas.
"Me han tratado de un modo excelente... En verdad, tuve las mismas comodidades que si hubiera estado entre amigos...", comentó Fangio, que 30 años después recibió en Balcarce a Arnold Rodríguez, uno de los secuestradores.
En 1999 se realizó la película Operación Fangio, que retrató aquel secuestro que quedó en la historia del deporte.
POR EL TERRORISMO, EL DAKAR PASÓ A LA ARGENTINA
El antecedente más cercano en el mundo del deporte motor acerca de los casos políticos que interfirieron las competencias fue, sin dudas, el Dakar. Desde 1979, la mítica competencia se desarrolló en el continente africano, hasta que, en 2008, las amenazas terroristas contra los intereses franceses obligaron a los organizadores de la empresa Amaury Sports Organisation (ASO) a suspender la prueba un día antes de la largada.
Sin cambios en cuanto a la seguridad en esa región, los franceses trasladaron el Dakar a la Argentina y a Chile, que entre 2009 y este año cobijaron la emblemática competencia y también lo harán en 2012, aunque con el agregado de otro país en su recorrido.
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