jueves, 18 de agosto de 2011

BOCA CAMPEON 1981

EL DIA QUE DIEGO CUMPLIO SU SUEÑO - Hace 30 años, Maradona daba su primera vuelta olímpica grande, en su estreno en Boca, en el Metropolitano del 81. Diego Armando Maradona se ganó un lugar en el olimpo del fútbol por su juego. Y sus títulos. El primero grande, tras el Mundial Juvenil de Japón en el '79, lo consiguió hace 30 años.
El 15 de agosto de 1981, con la camiseta de Boca pegada en la piel, el Diez anotó un gol de penal en el 1-1 ante Racing y dio la vuelta olímpica en una Bombonera colmada, que sellaba el romance que había empezado unos meses antes con el nuevo ídolo.


Diego fue la estrella y el goleador de un equipo que combinó juego atildado con eficacia. Silvio Marzolini fue el encargado de armar el plantel, al que Maradona se sumó después de una negociación tensa, larga, con Argentinos Juniors. Boca rompió el chanchito y se llevó a la nueva joya, pretendida por River (contrató a Mario Kempes) y el Barcelona (un año después se lo llevaría a España).

Pero no fue el único emblema para pelearle, palmo a palmo, al sorprendente Ferro de Carlos Griguol (luego ganaría sus únicos títulos en 1982 y 1984). El Ancho de Bastos se llamó Miguel Brindisi.

El arranque entregó un cómodo triunfo sobre Talleres de Córdoba 4-1 (dos penales de Diego y otras dos excelsas definiciones de Brindisi tras asistencias del Diez) y 11 unidades sobre 12. Pero Maradona jugaba desgarrado porque no podían dejarlo afuera. Y cuando Marzolini decidió pararlo unos partidos, el equipo lo sintió. Igual, estuvo en los más importantes. Y siempre fue decisivo.

Como en aquel fantástico 3-0 sobre River, en una Bombonera embarrada, una lluviosa noche de abril. Ese viernes (el superclásico se adelantó porque había Fórmula 1 en Buenos Aires), Brindisi clavó los dos primeros y Maradona diseñó ese famoso arabesco en el que dejó gateando al Pato Fillol y tocó suave a la red, dejando desparramado al Conejo Tarantini.

Con un Brindisi genial (13 goles en 17 partidos), Boca terminó la primera rueda con apenas un partido perdido (0-1 con Vélez, en Liniers) y cuatro puntos de ventaja sobre Ferro. Pero hubo un bajón y asomó el fantasma de la incertidumbre. Es que Ferro no aflojaba, hilvanaba victoria tras victoria y erigía a Carlos Barisio en el arquero con mejor récord de imbatibilidad en el profesionalismo, con 1075 minutos sin goles en contra. A cinco fechas del final, lo alcanzó en la cima, y el Mundo Boca comenzó a impacientarse.

Tanto, que la 12, con José Barrita a la cabeza, fue a la concentración con armas a apretar al plantel. Diego contó que él mismo bancó la parada y prometió triunfos. El primero fue ante Estudiantes, con el regreso de Hugo Gatti al arco. El Loco hizo una de las suyas y destrabó el partido. Cortó un avance, se mandó con la pelota hasta la mitad de la cancha y se la dio al Mono Perotti, al que nadie pararía hasta el gol del 1-0.

Dos fechas después, también en la Bombonera, se jugó el duelo del año. Con un punto de ventaja, Boca recibía a su escolta. Era un 0-0 inexorable, hasta que Maradona le sirvió un pase preciso a Perotti, que batió a Barisio y desató una avalancha humana en la popular.

Con tres puntos sobre cuatro en disputa, el título estaba al alcance de la mano. Pero Rosario Central fue Canalla y supo amargar la fiesta con un 1-0 ajustado, en la tarde en la que Maradona estrelló un penal en el travesaño. Aunque Ferro, que le ganaba por 3-0 a Huracán, en Caballito, terminó 3-3.

Boca tenía todo servido y no falló. Fue 1-1 ante Racing de local, en un partido caliente, con 5 expulsados, y la revancha del Diez: marcó de penal, dio su única vuelta olímpica en el fútbol argentino y concretó un amor eterno con la hinchada xeneize.

Se dijo

"La compra de Diego fue decisiva. Pero antes pedí a Brindisi, que jugó a gran nivel. El equipo tenía variantes y sorprendimos por jugar sin un 9 de punta, fijo. Diego, el más marcado, distraía y aparecía Brindisi, goleador de la 1ª rueda". (S. Marzolini, DT de ese equipo).

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