domingo, 27 de mayo de 2012

BOXEO: YESICA BOPP

Logros, desilusiones y mal de amores - Mas allá de las tretas y secretos del ring, la niña bonita vive su primera gran crisis por mal de amores y, quizás, el dolor del corazón sea más fuerte y atendible que todos los déficits expuestos el jueves; Por Osvaldo Príncipi
Más allá de sumar, en un ámbito eufórico e importante, un nuevo logro profesional al convertirse en la primera boxeadora en disputar un campeonato mundial en el viejo estadio de la Federación Argentina de Box, la bonaerense Yésica Bopp (48,700 kg), campeona minimosca (AMB-OMB), no pudo disimular, en su espíritu deportivo, el efecto decepcionante provocado en los últimos días por el derrumbe de su presa más deseada del momento: la armenia Susi Kentikian, quien resignó su invicto y parte de su corona mosca ante la ignota estadounidense Melissa McMorrow.

Bopp, que anteanoche retuvo su título al batir por puntos a la mexicana Anabel Ortiz (48,700 kg), evidenció una preocupante desmotivación sobre el ring, causada por distintos hechos; uno de ellos, basado en el quebranto del poderío de Kentikian, a quien necesitaba "intacta y pura" como futura rival, para poder consagrarse en modo popular. La falta de talento y resolución de sus representantes para gestar esta pelea -en el instante justo- originó una pérdida cuantiosa en cuanto a gloria y dinero para ambas.

Luchar entre la motivación y la desilusión es, hoy por hoy, el gran dilema de Bopp, de 28 años y ganadora de sus 20 peleas. Es la Nº 1 del pugilismo femenino de la Argentina; por eso su carrera tiene otras exigencias, superiores a sus competidoras en cuestión. Ni el tricampeonato de Alejandra Oliveras ni el regreso de Marcela Acuña son capítulos salientes que puedan relegar su posición actual; pero necesita imperiosamente el armado de un combate clásico y pasional para sostener tal ubicación.

Gestó ante Ortiz una de sus más deslucidas peleas internacionales. Llamaron la atención, por momentos, los golpes zonzos que recibió y los rounds que relegó en el puntaje final. Exhibe un cambio de estructura física, con un crecimiento lógico y paulatino, que debe encontrar el equilibrio justo entre la fortaleza ganada y la potencia perdida.

Mas allá de las tretas y secretos del ring, la niña bonita vive su primera gran crisis por mal de amores y, quizás, el dolor del corazón sea más fuerte y atendible que todos los déficits expuestos el jueves último en el ring de la FAB.

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