lunes, 20 de mayo de 2013

TRES AÑOS DE AGONÍA, UNA MISMA PASIÓN


Rosario Central goleó y consumó su regreso a Primera División - El Canalla venció 3 a 0 a Gimnasia y Esgrima de Jujuy con goles de Javier Toledo. El equipo de Miguel Ángel Russo, que vuelve tras tres temporadas, contó con la presencia del mendocino Jesús Méndez.


Después de tres tempoaradas en la B Nacional, Rosario Central, con el mendocino Jesús Méndez, obtuvo el esperado y merecido ascenso al círculo mayor del fútbol argentino. Javier Toledo, a los 2', 4' y 16' del complemento, marcó los goles del partido para desatar el desahogo y la fiesta canalla.
La carrera desenfrenada de Javier Toledo, tras marcar el primero y segundo gol de Central en Jujuy, marcaron el estado de ánimo de los canallas. Tanto de los jugadores como de los hinchas, que comenzaron a dar rienda suelta a un ascenso tan esperado y demorado, como merecido. Remeras al viento, revoleándoloas por encima de la cabeza, banderas que flameaban y los gritos inconfundibles de desahogo del pueblo canalla pintaron el termómetro de lo que significó esta conquista. El 3 a 0 ante los jujeños terminó de confirmar el ascenso de Central, al que sólo le faltaba sellar en las matemáticas lo que había conseguido a lo largo de la temporada. Y finalmente la espera terminó. Jujuy fue el lugar que le dio el pasaje y que terminó con un calvario de tres años en la B Nacional y desató el desahogo y la fiesta canalla.
El arranque demoledor del canalla, que concluyó con los dos goles de Toledo en el arranque del complemento, fue demasiado para un equipo jujeño que sólo le dio pelea en el primer tiempo, cuando el canalla asomaba como un equipo nervioso y sin claridad.
Pero bastó que Central acelerara para que le sacara una diferencia abismal en el resultado y que hiciera inalcanzable cualquier esfuerzo jujeño.
Después de eso, el equipo comenzó a ser el de siempre, todos los jugadores se amigaron con la pelota y el trámite le fue muy favorable.
Pero en realidad en Jujuy, ante Gimnasia, lo único que hizo Central fue ratificar todo lo bueno que había hecho a lo largo de la temporada, donde le sacó un campo en jerarquía a los demás equipos, que se demuestran en los 16 puntos que le sacó a Sarmiento, el cuarto que juega este lunes.
Por regularidad, jerarquía, peso específico de sus individualides, por su gente y por un plantel que desde la humildad comenzó a edificar este logro, por un cuerpo técnico que supo manejar la situaciones, Central vuelve al círculo mayor del fútbol argentino, un lugar del que nunca debió haberse ido. Central es de primera, y está muy bien.
Fuente: La Capital de Rosario

Tres años de agonía... una misma pasión
Por Miguel Pisano
Télam

Parece que hubiera sido ayer, pero ya pasaron tres largos años desde aquel infausto domingo 23 mayo de 2010 cuando Rosario Central perdió por 3 a 0 con All Boys en el Gigante de Arroyito y descendió por cuarta vez a la segunda división, luego de hacerlo en 1941, 1950 y 1984 y de volver siempre al campeonato siguiente.
El club decano del fútbol argentino, fundado el 24 de diciembre de 1889 por un puñado de ferroviarios en un arrabalero cafetín de Alberdi, quedó acéfalo por la huida del presidente Horacio Usandizaga -ex intendente radical de Rosario en la época de Ricardo Alfonsín-, quien todavía no puede caminar tranquilamente por las calles de la ciudad sin que algún hincha lo insulte o quiera agredirlo.
El ex delantero canalla Gonzalo Belloso armó una lista con la agrupación "Raza Canalla" y ganó las elecciones por una abrumadora mayoría, que consagró al empresario maderero Norberto Speciale como presidente, y entre ambos ungieron a Reinaldo "Mostaza" Merlo como técnico, quien llegó con la chapa del campeonato logrado con Racing luego de 35 años.
Central contrató ese primer año en la B Nacional a una gran cantidad de jugadores que no rindieron en la medida de las expectativas ni se adaptaron a jugar en un equipo grande con exigencias de volver en un año a primera.
Tales fueron los casos de José Schaffer, el peruano Norberto Guizasola y Diego "El Pulpo" González, entre otros.
La falta de resultados y la impaciencia de los hinchas precipitaron el rápido cambio de “Mostaza” Merlo por el “Chulo” Héctor Rivoira, un técnico con pergaminos de ascenso con Chacarita, Instituto y Atlético Tucumán, pero que planteó un equipo tan ofensivo que terminaba suicidándose, como en aquel recordado partido contra los tucumanos, que Central logró empatarlo 2 a 2 de visitante pero lo perdió en un contraataque en el que quedaron cuatro delanteros contra dos defensores.
Las urgencias canallas precipitaron la llegada del ídolo Omar Arnaldo Palma, que hizo una buena campaña y promovió a pibes del club que hoy son figuras como titulares o fija como suplentes (el “Chelito” Rafael Delgado y el “Pachi” Federico Carrizo, por caso).
Sin embargo, el “Tordo” Palma se peleó con el manager de fútbol, Gonzalo Belloso, y quizá se apresuró a renunciar, lo que permitió la llegada de Juan Antonio Pizzi, otro ex jugador muy querido por los hinchas.
El equipo de Pizzi hizo una campaña de campeón, con 69 puntos, pero perdió increíblemente los tres últimos partidos contra Patronato, Chacarita y Desamparados de San Juan.
Luego, en la promoción, dos empates sin goles ante San Martín de la misma provincia obligaron a los rosarino a una tercera temporada en segunda división.
En el actual campeonato, la llegada de Miguel Angel Russo no fue “una autopista a primera”, como dijera en su momento el presidente Speciale.
Por el contrario, el equipo deambuló por los últimos lugares de la tabla hasta que la mano de uno de los técnicos más queridos por los canallas logró ordenarlo defensivamente, descubrió a Nery Domínguez -el mejor volante central de la categoría- y comenzó una impresionante marca de 12 triunfos consecutivos cuando venció a Defensa y Justicia como visitante, por la 14ta. fecha, en el que era el partido límite para su continuidad en el cargo.
Así, el club que aumentó sus socios desde el día que descendió al Nacional B, en un caso atípico en el fútbol mundial, y padeció tres extensos años en la B Nacional en los que sus hinchas llenaron cada partido el Gigante de Arroyito con más de 40 mil canallas, hoy vuelve a primera con el conmovedor apoyo de su gente, que lo quiere como si nunca se hubiera ido del barrio.

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