domingo, 28 de julio de 2013

EL FÚTBOL DEL INTERIOR A LA DERIVA

Esta decisión vacía de sentido y burla al TdIEl Argentino B se desvirtuó tras 48 clubes invitados. El Argentino B se ha transformado en inmanejable por responsabilidad de sus propios organizadores. Una competencia que perjudica deportiva e institucionalmente a los clubes pero que enriquece a quienes la (des)organizan, una lógica que reproduce la del fútbol de Primera División.

En el Interior pasa los mismo: el Consejo Federal recauda dinero de todos y cada uno de los partidos de la categoría, un dinero que los clubes ceden cada fin de semana a cambio de nada, dinero que cada vez sale menos de las recaudaciones y más de los bolsillos de sus dirigentes, que terminan siendo los principales sostenedores de una categoría insostenible.

La insólita decisión del Consejo Federal de incorporar casi 50 equipos al torneo de la próxima temporada bajo el inaceptable concepto de la "invitación" se explica sólo por la búsqueda de ampliar la capacidad recaudatoria de la categoría. Para la próxima edición del Argentino B ascendieron 21 desde el Torneo del Interior (TdI). Por su parte, el Consejo Federal "ascendió" a 48 equipos, cuatro de los cuales (entre ellos Atlético Regina) ni siquiera participaron del último TdI.

Pero a cuenta es simple y lo explica todo: más equipos, más partidos, más dinero para el Consejo Federal, que siempre se lleva una suma de cada uno de ellos. Por caso, la AFA vía el Consejo Federal recaudó 6,5 millones de pesos sólo por los partidos de primera fase de la última temporada disputada por cien equipos. Cada partido de local le cuesta al dueño de casa un piso mínimo y fijo de 4.700, pero variable en caso de que la recaudación sea superior. ¿Cuánto será la recaudación en la temporada 2013/14 teniendo en cuenta que serán al menos 144 equipos, pero que pueden ser más porque las invitaciones siguen abiertas?

La primera edición del torneo Argentino B fue en la temporada 1995/96, disputada por 75 equipos y que no incluyó a clubes de la Patagonia. En la siguiente campaña, la 96/97 se sumaron Independiente de Neuquén, Alto Valle, Centro Español de Plottier, Villa Congreso de Viedma, Defensores de La Colonia de Colonia Juliá y Echarren y Atlético Chimpay, además de clubes de Chubut y Santa Cruz. En la tercera etapa de ese torneo se sumó Boca Unidos de Bariloche.

Vale decir que la temporada 95/96 también fue la primera del torneo Argentino A, del cual participaron ese año Cipolletti y Deportivo Roca. El Albinegro ascendió a la B Nacional, mientras que el Naranja decidió renunciar a la categoría. Reaparecería en el torneo Argentino B 2000/01.
En sus comienzos el Argentino B se parecía mucho al actual formato: más de cien clubes y cambios permanentes en su forma de disputa. Pero aquello tenía sentido: no existía el Torneo del Interior, por lo que el Argentino B era el nexo entre las ligas y el Argentino A. Recién cuando se creó el Torneo del Interior, en el 2004, el formato del Argentino B se redujo a 48 equipos con formato similar al del Argentino A.

Esta razonable forma de competencia y su saludable estabilidad se terminó en el 2011 cuando el Consejo Federal decidió aumentar a 60 la cantidad de equipos. Al año siguiente el número de participantes se disparó a 100 y este año quién sabe. Hasta hoy los invitados son 48, pero no todos aceptaron. Es que el jueves se supo que El Trapiche de San Luis, Independiente de Santiago del Estero y Belgrano de Santa Rosa no aceptaron participar del torneo por ser inviable económicamente (ver placa). Pero el Consejo Federal tiene hasta tiempo hasta el próximo jueves para seguir incorporando equipos.

La primera reestructuración, en el 2011, surgió de la necesidad de equilibrar las zonas a partir de los ascensos y descensos producidos en la temporada anterior y en las dificultades de muchos equipos para afrontar viajes largos. De la Patagonia fueron invitados Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia, Racing de Trelew y Maronese de Neuquén.

La segunda reestructuración, hecha el año pasado, apuntó a una profunda regionalización del torneo y aplicó la misma fórmula: achicó distancias agrandando el número de participantes. La cifra se estiró a 100, 62 más que la temporada anterior. Así, la Patagonia, con 16 equipos, se subdividió en norte y sur.

Pero la fórmula de aumentar la cantidad de equipos no sólo no solucionó el problema que pretendía resolver, sino que perjudicó sobremanera el Argentino B y también el Torneo del Interior. Los clubes siguen reclamando soluciones al desfinanciamiento que les provoca participar del torneo.

De nada sirvió agigantar la categoría, que además vació de sentido y de contenidos al Torneo del Interior. En dos años, el Consejo Federal ascendió desde sus oficinas a 62 equipos sin contar a los otros 48 a. los que les regaló sus ascensos en lo que va del mes de julio. Es decir que en tres temporadas, el organismo (des)organizador del fútbol de las provincias sacó 110 potenciales participantes del Torneo del Interior.

 ¿Quiénes lo disputarán en 2014? O peor aún ¿para qué lo disputarán si a mediados de cada año se puede acceder al Argentino B por invitación?

Las invitaciones son una tentación a las que casi ningún clubes resiste. Sin saber cómo afrontarán el desafío de un torneo mucho más exigente, deportiva y económicamente, que las ligas en las cuales participan los clubes ven en las invitaciones la vía rápida para salir del ostracismo que son hoy las ligas regionales.

La permanencia en la categoría también demuestra la inviabilidad deportivas de "ascender" por invitación. De los 21 descensos producidos en la última temporada, 15 fueron de equipos invitados un año antes. El caso de Defensores del Pronunciamiento, de Entre Ríos, es paradigmático: fue invitado en 2011 y descendió. Fue vuelto a invitar en 2012 y otra vez descendió.

En la última temporada se dispuso que los tres últimos de cada una de las siete zonas descenderían, pues bien, los tres descendidos de las zonas 1 y 4 fueron equipos invitados y en el resto de las zonas, dos de cada tres descensos les correspondieron a equipos invitados. Sólo en la zona patagónica, descendió "apenas" un invitado (en 2011): Maronese.

Pero hay más. De los cinco clubes que decidieron bajarse de la categoría este mes, cuatro habían invitados en su momento: Rosamonte de Apóstoles, Brown de Posadas, Alvear de La Pampa y Newbery de Comodoro Rivadavia. La excepción es El Linqueño, de Lincoln, un histórico de la categoría.

"No tenemos resuelto cómo va a ser el armado de zonas pero la idea es recorran la menor distancia posible y que no tengan que jugar muchas veces entre los mismos equipos, para evitar que se torne aburrido", confesó hace sólo un mes Gustavo Ceresa, quien gobierna el Consejo Federal con la misma discreción que Julio Grondona administra el fútbol de AFA. Hoy tampoco lo saben. No lo saben ellos ni los clubes, que aún así aceptan jugar un torneo sin siquiera saber contra quién jugarán. Y conocer los rivales permite saber cuánto se va a gastar en viajes, acaso el principal gasto.

Quizás, un ejemplo de lo que el Argentino hace con sus clubes sea el propio Deportivo Roca: finalista de las ediciones 2010/11 y 2011/12 y semifinalista de la última edición tuvo que desprenderse de su exitoso cuerpo técnico a fines del año pasado y de todos sus refuerzos al cierre de la última temporada y tendrá que afrontar la que viene con jugadores de la zona y de sus divisiones inferiores por falta de recursos.

Y lo que consiga será para utilizar, en parte, para afrontar la deuda de 400.000 pesos contraída en las anteriores temporadas, en las cuales estuvo a un paso del ascenso. Mejor ni pensar qué habría ocurrido con la economía del club con campañas discretas.
juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar


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