jueves, 24 de julio de 2014

JOSE "CANICA" MUÑOZ - EL RECUERDO

El recuerdo para un entusiasta del deporte ciencia - “Canica” en una entrega de premios junto a Jonathan Mastrángelo.

Tomando las palabras de Pablo López, dirigente de la Asociación de Ajedrez Riogalleguense, los hombres mueren cuando han sido olvidados. Pero será difícil que esto suceda con José Muñoz. El ajedrecista falleció hace muy poco como consecuencia de un accidente automovilístico. La noticia cayó sorpresivamente y con hondo pesar en la familia del deporte ciencia de esta ciudad. 

Algunas horas después de enterados de lo sucedido y sin poder salir del asombro, los dirigentes de la ADAR, le dedicaron a “Canica”, como lo conocían los que tenían trato con él, un sentido homenaje. A todo lo que fue, lo que hizo y lo que dejó en este transitar por la vida y en lo que al ajedrez se refiere. Fue a través de una publicación en la página oficial de la asociación. Quizás con la idea que no sea olvidado. Quizás pensando en tenerlo presente y dando vueltas por la sede de la avenida Kirchner, más allá de esta repentina y accidentada partida.

El jugador

Muñoz comenzó a competir en 1987. Los que lo vieron jugar coinciden en que nunca fue un gran estudioso de este deporte. Sin embargo, su talento fue el que lo llevó a distinguirse entre sus pares. En algún momento su juego lo llevó a convertirse en un ajedrecista de segunda categoría dentro de la ADAR. Llegó a ser uno de esos jugadores a los que sus rivales querían evitar y no tener que enfrentar. Es que le dio una sorpresa a más de uno de los ajedrecistas de primera clase. Clasificó varias veces para disputar la final del Torneo Mayor. 

A lo largo de su carrera cosechó victorias que quedaron guardadas en las retinas de los socios de la ADAR. Como aquella frente a Miguel Olguín, en la definición del máximo torneo capitalino en el 2002. Su víctima, fue a la poste campeón del certamen ese mismo año, con un récord más que positivo. Ganó 13 de las 14 partidas que disputó. La única que perdió fue justamente esa, la que tuvo a “Canica” como gran protagonista. 

También se recuerda un par de victorias ante López, en el Abierto de Otoño y Día de la Bandara en el 2010. Pese a no sentarse a estudiar partidas o movidas, Muñoz se preocupó siempre por mejorar su juego. Aunque con un método particular. Más de observación, de ensayo y error. Algo que lo caracterizaba era el buen humor. Y las bromas. Estas podían darse en cualquier momento. “Canica” lograba sacarle una sonrisa a todos. Si como jugador fue de los buenos, como persona, mejor aún.        

El dirigente

Muñoz fue un grande. No sólo como persona y jugador sino porque supo ocupar roles dirigenciales con gran dedicación y trabajo. Este talentoso ajedrecista hizo mucho por la ADAR. En el 2001 “Canica” integró la Comisión Directiva. Eran años de reorganización institucional. Allí asomaron las otras virtudes de esta gran persona, la coherencia, la claridad, el compromiso y su capacidad de diálogo y conciliación. 

Conseguido el lugar para establecer la sede, Muñoz hizo mucho, aprovechando sus conocimientos como Maestro Mayor de Obra, en lo que fue la construcción y refacción de la ADAR. También en tareas mucho más administrativas y que tuvieron que ver con la parte legal. De perfil bajo, nunca quiso llevarse los aplausos. Siempre prefirió que otros lo hicieran. Trabajó entonces desde las sombras en la organización de varios torneos y apostó por los más chicos. 

Muchas veces contribuyendo económicamente para que éstos pudieran salir a competir a nivel nacional. Nada mejor que suscribir a los que lo conocieron bien, como para darle a Muñoz su mejor homenaje. Terminando con la idea que empezó en este recuerdo, López dijo: “Se fue un gran dirigente, jugador y amigo. Nunca habrá otro igual, por eso, Canica estará siempre con nosotros”.   

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