viernes, 14 de agosto de 2015

OSVALO BISBAL - FEDERACION ARGENTINA DE BOXEO

Bisbal nos debe algunas respuestas - El máximo dirigente del boxeo argentino, lejos de alegrarse por el exitoso presente del “team” Maidana, muestra una saña inexplicable. Contradicciones de quien conduce la FAB desde 1991. POR ANDRÉS MOONEY.

No soy amigo de Sebastián Contursi. 

Los últimos tres mails que le envié, no me los respondió, y en las recientes llamadas telefónicas que le hice, no me atendió. No lo culpo: quise comunicarme en tiempos en los que ser asesor/manager/apoderado de Marcos Maidana no era cosa fácil, y mientras alternaba sus días entre Buenos Aires y Estados Unidos. 

Estuvo en la cima absoluta del boxeo mundial y hasta ahí llevó –no “llegó”, como quien pasa, ve luz y entra; lo condujo, fue el resultado de un trabajo diagramado, pensado, planificado- al pugilismo argentino. Ojo que tampoco soy su enemigo: bien por el contrario, tengo una excelente relación que nació en la concentración del “Chino” en Córdoba, en la previa de su pelea con DeMarcus Corley. Lejos de toda falsa modestia, lo cierto es que uno no es alguien trascendente en el medio como para ganarse el amor o el odio de una de las personas más influyentes en las piñas nacionales actuales. 

Pero las últimas declaraciones de Osvaldo Bisbal, presidente en receso de la Federación Argentina de Boxeo (FAB), al Diario Popular, merecen más de una explicación de parte del dirigente, y abren un interrogante serio: ¿tiene, Bisbal, un encono personal con Contursi y el resto del equipo de Marcos Maidana? ¿Por qué?

No hace falta ser un especialista en lecturas entre líneas para advertir que al longevo directivo le molesta la actualidad del team Maidana. El gran misterio es por qué siente lo que siente y por qué, mientras analiza el retiro de la FAB luego de más de 20 años de conducción de la misma, elige atacar a hombres de nuestro boxeo y omite, en cambio, toda autocrítica respecto de su gestión.

A lo largo de la entrevista, Bisbal explica falencias del profesionalismo y cita, una y otra vez, al “Chino” Maidana y a Jesús Cuellar. ¿Por qué recurre solo a estos ejemplos y no menciona otros? Asimismo, asegura que los perjudicados son quienes ponen plata en los púgiles en sus comienzos, pues, entiende él, luego aparece un tercero (¿Contursi?) y le saca el jugo al trabajo realizado inicialmente por otros. Allí, destaca que la FAB invierte en “becas, ropa, viajes y competencias”. ¿No es acaso obligación de la FAB hacer eso con los boxeadores de su seleccionado? ¿Pretenderá que alguien (¿Contursi?) le reintegre ese dinero?

Hay más. Bisbal asegura en Diario Popular que la meta de la FAB es “acompañarlos (a los boxeadores) hasta el profesionalismo”: “Una vez ahí, ya es tarea del promotor”, agrega. ¿Por qué, entonces, le preocupa tanto la carrera de Maidana y Cuellar, que son profesionales? Dice Bisbal: “Siempre detrás de un púgil de 1° nivel alguien invirtió, y esa gente no debe quedar afuera. Si te querés llevar a un púgil, tenés dos caminos: pagarle el contrato a quien lo tiene firmado, es decir, comprarlo, como hace todo el mundo, o bien pagarle su porcentaje por pelea. Si no, es usufructuar el trabajo de otro”. Y va más allá, porque afirma que, hasta donde él tiene conocimiento, Maidana y Cuellar tenían contratos vigentes al momento de trabajar con Contursi.

Las preguntas se caen de maduro: ¿qué le preocupa a Bisbal: las carreras de los boxeadores argentinos o las arcas de los managers? ¿Por qué no dice que Margossian manejó la carrera de Maidana en forma, cuanto menos, irregular? ¿Por qué omite que, hoy, las vidas y campañas de Maidana y Cuellar son absolutamente disímiles a las intermitentes que llevaban cuando quien los conducía era Margossian? ¿Querrá que los boxeadores persistan en una actitud pasiva, viendo cómo sus apoderados cierran peleas a cambio de bolsas miserables? De nuevo: ¿el presidente de la FAB vela por los intereses de los boxeadores o por el de los empresarios?

Cuando dice, con razón, que “el boxeo también son las provincias, sobre todo el interior”, ¿por qué no aclara cuánto aporta la FAB, que conduce desde 1991, a las Federaciones y/o Asociaciones provinciales? Un ejemplo con lo que tenemos a mano: acá -en Córdoba- no llega un peso.

No es esta una defensa a un manager en particular o a un grupo puntual de boxeadores. Ni quien esto escribe ni –fundamentalmente- los protagonistas, la necesitan. Sí precisa, el boxeo argentino, que su máximo dirigente aclare algunas preguntas que siembran dudas en un ambiente que, por estos días, no asoma demasiado claro. En Córdoba, todavía esperamos al menos un escueto comunicado de la FAB en solidaridad con la familia de Néstor Rojo, el pibe de 17 años fallecido en abril en circunstancias dudosas.



TEXTO: ANDRÉS MOONEY. FOTO: FECORBOX.BLOGSPOT.COM

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