miércoles, 17 de agosto de 2016

BOXEO OLIMPÍCO - ARGENTINA ELIMINADA

Los muertos que mata la AIBA, gozan de buena salud. Se cumplió la primera semana boxística en los JJOO de Río, y ya no queda ningún profesional “de los grandes”, porque todos cayeron en manos de púgiles amateurs –los que supuestamente iban a ir al hospital, o al cementerio-. Y uno de aquellos perdió por KOT. ¿Tanto lío? ¿Tantos temores previos? El punto atacable de AIBA no es su regla inclusiva, sino los fallos y su transparencia.

Por Gustavo Nigrelli


Los muertos que mata la AIBA, gozan de buena salud

De los malos fallos de la AIBA –en especial, con relación a los púgiles argentinos-, y de su deficitario sistema de puntuación, o criterios usados, nos ocuparemos en la próxima columna.Hoy lo que más urge es evaluar cómo marchó la regla de incluir a los profesionales en el olimpismo. Qué resultado dio, si fue o no peligroso, si fue o no beneficioso, y si la quita del cabezal sumó o restó, todos cambios revolucionarios, sin dudas, los más profundos y trascendentales desde hace décadas.

En principio, se temía "alguna muerte" por parte de alguno de los tres púgiles profesionales que se clasificaron a la competencia en el último preolímpico de Vargas, Venezuela, donde se les dio vía libre a su participación.

Eso presagiaban varios "expertos" en la materia, cuando se enfrentaran a algún amateur. O en el mejor de los casos, "con suerte", que mandarían al hospital.

Tal como se comentó en la columna "Prohibido prohibir", los tres profesionales en cuestión fueron: 60 kg, Amnat Ruenroeng (Tailandia); 60 kg, Carmine Tommasone (Italia) y 81 kg, Hassan N'Dam N'Jijam (Camerún).

Sin embargo, nada de esto sucedió, sino todo lo contrario.

El camerunés perdió por puntos (3-0) en 1º ronda, ante el brasileño Michel Borges, amateur neto.

El tano perdió en 2ª, también por puntos (3-0), ante el cubano Jorge Álvarez, otro amateur puro.

Y a Ruenroeng, vencedor en 1ª rueda de nuestro Ignacio Perrín, le dieron una paliza a la siguiente: perdió por KOT 3 frente al francés Sofiane Oumiha, que jamás pisó el profesionalismo. Tener en cuenta que Ruenroeng fue hasta hace poco campeón del mundo de la FIB.

Que nadie se enoje; esto no es opinión, sino información "dura". Tampoco es hablar con el diario del lunes, porque desde aquí hubo una toma de posición definida previa al respecto, en favor de la medida de la AIBA.

Pero el único juez es el tiempo, y los profesionales perdieron todos frente a amateurs, uno de ellos vapuleado y vencido antes del límite. Cruda realidad.

No es peyorativo para nadie, porque esto es boxeo, y por ende, deporte. Y en el boxeo, como en el deporte, todo puede pasar.

La cuestión es que la realidad hizo añicos los infundados temores de los detractores de esta medida, quienes si realmente son imparciales y honestos, debieran deponer sus argumentos, o al menos, cambiarlos.
Dirán que la cosa sería distinta si estuviese un Golovkin, o un Kovalev, pero estos no estaban, y aún así se opusieron y vaticinaron catástrofes.

El día que se decidan a participar Golovkin o Kovalev, y arreglen su tema económico, veremos. Pero deberán enfrentar a púgiles que tendrán este nivel o uno superior, porque la mayoría repetirá, aunque se conviertan en profesionales. Y tendrán más experiencia.

No obstante, esto no quiere decir que todos los amateurs les ganen a todos los profesionales, sino que pueden competir de igual a igual, ganando o perdiendo. Porque también hubo otros casos al revés, donde púgiles PRO (profesionales AIBA, de menos de 15 peleas) vencieron a amateurs. O sea, hay de todo.

Pero ojo, porque quienes tocan de oído alzan falsas alarmas, desvirtuando la verdad, o pretendiendo hacerlo.

Por ejemplo, en redes sociales se habla de que el profesional francés Mathieu Bauderlique le dio una paliza al amateur ecuatoriano Carlos Mina, a quien venció por KOT 3 y le provocó 3 cuentas. Y como para agigantar la victoria del francés y agravar la hipotética peligrosidad del enfrentamiento entre estos dos campos, se argumentó que Mina es el mejor 81 kg amateur del continente.

El mejor 81 del continente es el cubano Julio César La Cruz, triple campeón mundial y Oro en los Panamericanos de Toronto, con quien ahora se enfrentará Bauderlique en semifinales.

Pero cabe acotar que este francés como profesional tiene apenas 10 peleas, con 10-0-0, 5 KO, pero todas a 4 y 6 rounds. No es el abominable Hombre de las Nieves.

Es más; por la WSB, representando a Argelia, este supuesto Terminator francés perdió con nuestro Yamil Peralta.

Es decir, detractores y abolicionistas hay en todos lados, pero hay que cuidarse de ignorantes y de tocadores de oído. Y hay que entender que el KO o el KOT es un resultado más, que es posible en boxeo, y no un drama.

En síntesis, a la AIBA hay muchos flancos por donde atacarla, pero no es éste. Sucede que el dogmatismo causa una ceguera fuerte que afecta el análisis objetivo e imparcial, impidiendo archivar pasiones.

Que se liberen las barreras y se compita con lo mejor que cada país puede y tiene, es un acto de justicia enorme que antes no existía.

Porque es injusto y desigual que un país que posee amateurismo solamente, campeones olímpicos y mundiales con más de 300 peleas, se enfrente a chicos de veinte que apenas llegan a las 50, de las cuales con suerte media docena son internacionales.

Éso es falta de equivalencia. Éso es riesgo. Éso es injusto y aberrante.

Que el mejor cubano, ruso, o kazajo agarre a un sudamericano que apenas sabe calzarse los guantes, ya sea en un JJOO como en una previa, sólo por el hecho de que ambos son amateurs, entre los cuales no hay ni punto de comparación.

¿Por qué no se miden con lo mejor de cada país, y primero no se eliminan entre ellos? Eso es lo que pasará ahora, entonces. Y habría que ver si Golovkin le gana al mejor mediano kazajo olímpico a 3 rounds, y de qué forma lo hace.

Los cabezales es otro punto. Suprimirlos sirvió para mayor comodidad de los púgiles, y para agregarles personalidad e identidad, aunque se corre mayor riesgo de lesiones.

Sin ir más lejos, eso le pasó a Alberto Melián, que en un choque de cabezas se cortó él y su rival tunecino. Tal vez con el cabezal no sucedía, o sí, no se sabe. Hubo varios combates detenidos por heridas, aún con el uso del cabezal.

Las medidas en general están bien. Los profesionales pueden pelear contra los amateurs de hoy en día, que no son como los de antes. O con lo mejorcito de cada país. Lo que a veces está mal es la forma de aplicarlas, la interpretación interesada de dirigentes, y en algún caso, de la prensa no del todo informada, o no del todo formada.



Lo que hay que solucionar son los fallos, la corrupción interna, el peso que ejercen las potencias ex soviéticas, el criterio de puntuación y el sistema mismo, hoy falto de atractivo, previsible, decepcionante, prepotente, inexplicable, y por si fuera poco, injusto.

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