miércoles, 14 de septiembre de 2016

EL EX CAMPEÓN EN UN MAL MOMENTO


Campanino, su hora más difícil - “Que los hijos se ocupen, o le pongan una persona para que lo atienda y le dé la medicación”, reclamaron los hermanos del ex pugilista Miguel Angel Campanino (72).
María, Lilia y Daniel, estuvieron en la redacción de LA ARENA “para que se conozca lo que está pasando, y que los hijos se ocupen de su padre”, dijeron.

Una muy difícil situación está viviendo el recordado campeón argentino y sudamericano de boxeo, Miguel Angel Campanino. Desde hace un tiempo, una enfermedad lo está afectando en su memoria, y por eso hace un par de años comenzó a perder por momentos su estado cognitivo, lo que naturalmente le imposibilitó continuar con algunas actividades. Fundamentalmente tuvo que dejar el manejo de su comercio, la tanguería “Mi refugio” que funciona desde hace muchos años al lado de su propio domicilio, ubicada en la esquina de calles Chaco y San Juan, frente al predio de la rural.

El campeón que fue.

Miguel Angel Campanino, uno de los deportistas más reconocidos de nuestra provincia, que brillara en el pugilismo nacional en los años ’70 y ’80 -incluso disputó el campeonato del mundo de la categoría welter en México ante Pipino Cuevas-, pudo a lo largo de su prolongada trayectoria hacerse una posición.

Aún cuando no podría decirse que su vida era holgada, producto de su prolongada carrera, con importantes presentaciones ante los mejores de su época en el mítico Luna Park de Buenos Aires, “El Zorro” como se lo conoce en el ambiente del boxeo pudo construirse su vivienda en Villa del Busto, y poner un comercio -en algún tiempo tuvo un negocio de venta de indumentaria Adidas-, que funcionó como tanguería hasta hoy.
El local bailable anduvo muy bien en sus primeros años, pero últimamente, desde que Miguel dejó de estar al frente por la cuestión de salud que lo afecta, todo empezó a cambiar.

Hace algunos días fue Guillermo (“Guille”) Gatica quien denunció que había sido “despedido por los hijos” de Campanino. Pasaba música en la tanguería desde hace más de una década.

Los hermanos del ex campeón manifestaron profunda “preocupación por la situación, porque Miguel está viviendo “casi como un pordiosero, en un estado de indigencia”, señalaron.

Documentación.

Según lo informó la Dirección de Adultos Mayores de la provincia a la Defensoría Civil de la Primera Circunscripción Judicial -los hermanos exhiben la documentación-, Miguel Campanino “sufriría un deterioro cognitivo moderado con gran impacto funcional, agravando su situación el hecho de vivir solo sin la debida contención familiar, evidenciando falta de higiene en su vivienda, como también descuido personal en relación con su salud, alimentación y aseo”.

María, Lilian y Daniel coinciden en pedir “que la justicia se expida. Venimos al diario porque es el último paso, para que nos presten atención”, agregaron.

Reprocharon que los hijos del ex boxeador, Miguel (h) y Julián “no se ocupan; nadie lo cuida, y la comida a veces se la hacen llegar algunos vecinos”, o el menor de los hermanos Campanino.

Denunciaron que “los hijos usufructuan la tanguería, pero no se hacen cargo de ninguna otra cosa, y la casa donde vive Miguel se cae a pedazos. Él la rompe y no tiene vidrios en la casa, y además todo se está deteriorando… ni agua tiene desde hace un tiempo”, lo que obliga a que Daniel cada tanto lo haga bañar en su domicilio.

“Miguel no necesitaría dinero porque tiene su jubilación, pero uno de sus hijos es el apoderado y no se la entrega, como también se hacen cargo de la recaudación de la tanguería, aunque cada vez la atienden menos, y ahora abren sólo los viernes, siendo que fue un local que trabajó muy bien”, señala Daniel.

“En la casa no hay toallas, ni jabón, así que es fácil imaginar como vive”, agrega María.

Alucinaciones.

Daniel cuenta una anécdota que, lejos de ser graciosa, marca el estado del ex campeón: “El sábado lo fui a buscar para que fuera a ver una pelea por tevé a mi domicilio, y me dijo que se le había metido una ballena en la casa… ‘mirá, ahí tengo el hacha por si aparece’, me dijo Miguel. La otra vez veía un elefante, pero esa vez él mismo se dio cuenta y se tocó la frente: “sé que está acá’, me señaló”.

“Tenemos miedo que termine como esta mujer que apareció muerta después de estar varios días perdida… lo hablamos con los hijos, que siempre dicen que sí, que se van a ocupar, pero no lo hacen”, insistieron.

Daniel contó que el problema de Miguel “está en su mente, porque físicamente está perfecto… al punto que a veces acompaña a Julián a correr hasta el ‘Avión’, y hace gimnasia en la rotonda”, completó.
“De a ratos está bien, y de a ratos se pierde… y puede ser un peligro no sólo para él. Por eso queremos que esto se sepa, y que la Justicia actúe de una vez: no tenemos respuesta”, concluyeron el dramático relato.

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